Educación corporal
En el día a día de nuestros alumnos e hijos existen demasiados momentos de calma, sentados en una silla, en sus pupitres o en silencio. El movimiento sigue viéndose como una muestra de poca disciplina y rebeldía aunque sea todo lo contrario, ya que por otro lado nos parece obvio que los infantes necesitan el movimiento para expresarse, sentirse libres y ser felices.

La base teórica de la psicomotricidad se basa en que ayuda al desarrollo motor y psicológico del infante, según Aucouturier (pedagogo creador de la Práctica psicomotriz educativa) esta metodología les permite experimentar con el movimiento espontáneo y libre, conocer su propio cuerpo y construir su propia identidad, como camino para alcanzar el pensamiento racional. Para ello yo recomiendo aplicar en las aulas una psicomotricidad vivencial.
Psicomotricidad vivencial
Esta metodología se basa en la relación del infante con su propio cuerpo, el entorno de que le rodea, etc. En ella los maestros somos un mero guía, son los alumn@s quienes actúan con total libertad y autonomía según sus necesidades en cada momento, abarcando así el plano motor, afectivo, social y cognitivo.
Debe transcurrir en un espacio abierto o cerrado en el que el alumn@ tenga a su alcance los materiales necesarios para explorar el entorno, paliar su curiosidad y desarrollar la practica motriz. En dicha "sala" deben encontrar los elementos necesarios para que tengan la libertad de hacer su voluntad a su propio ritmo. Estos materiales bien podrían ser:
- Colchonetas, espalderas, bancos suecos, figuras de gomaespuma, pelotas, potros, aros, columpios, etc.
- Elementos para garantizar su seguridad: cantos protegidos con gomaespuma, suelos blandos cubiertos con colchonetas, paredes forradas, etc.
Se trata de crear un espacio en el que el alumno pueda escoger a que rincón prefiere dedicar su tiempo en cada momento y que le aptece explorar, quizás os sorprenda ver que utilizan los objetos de manera diferente a como se utilizan normalmente, no significa que lo utilicen de manera errónea, déjales ser.
La intervención del maestro en este proceso se debe limitar a acompañar al infante, observarle y tomar notas, atentos a cualquier necesidad o dificultad de éste, escucharles y respetar sus curiosidades, necesidades y desarrollo.